16 de abril de 2024 3:31 PM

Toman auge los “sustitutos sexuales”

 

SANTIAGO.- Aseguran que no se trata de prostitución, sino que de un servicio complementario con la terapia sexual. Los “sustitutos sexuales”, hombres y mujeres a los que se les paga para llegar a la raíz de un problema sexual, defienden su trabajo, al igual que lo hacen los terapeutas que deciden incluirlos en el tratamiento de un paciente.

Se trata de personas supuestamente entrenadas para ayudar a superar traumas y problemas sexuales, y sus labores pueden ir desde colaborar a que una persona recupere su confianza con el sexo opuesto -lo que incluye conversaciones telefónicas, chats, pequeñas citas-, hasta una relación sexual, aunque no necesariamente la terapia termina en la cama.

“Utilizan tres técnicas, como hablar, escuchar y demostración física”, explica el sexólogo de la Sociedad Chilena de Sexología Mauricio Salas, quien además señala que estas terapias sí son empleadas en países como Venezuela, con personas entrenadas, y Argentina con un sistema de chat erótico. “Estamos en Chile en un experimento piloto con estas técnicas”, aseguró.

En el caso de Estados Unidos, los sustitutos sexuales aparecieron en la década de los 70 y hoy trabajan de manera organizada, al menos en los estados en que son más permitidos, como Florida, Nueva York, California y Pensilvania. De hecho, tienen una asociación que instaura reglas éticas en la labor a cumplir, la International Professional Surrogates Association (IPSA).

Por ejemplo, se explica que el uso de sustitutos debe ser siempre mediante la intervención de un terapeuta, quien junto con el paciente fijará los límites y metas de la terapia. Además, se aclara que el sustituto es el o la responsable de fomentar la comunicación entre el sexólogo y el afectado y que la relación con éste último es estrictamente temporal y “siempre dentro del contexto de la situación terapéutica”. Aunque siempre hay excepciones, como la comentada esta semana por la terapeuta Barbara Krakower a ABC News, de un paciente que terminó enamorándose de su sustituta.

Se trató del caso de un hombre virgen de 54 años, cuya madre le había convencido que “las mujeres no son buenas”, y que no necesitaba de ninguna si la tenía a ella a su lado. Pero no fue hasta que la mamá murió, que él no se dio cuenta que lo que realmente quería era poder tener una relación y compartir el amor con una pareja. Así que, junto a Krakower buscaron la ayuda de una sustituta.

La meta inicial fue que el hombre aprendiera a relacionarse fluidamente con alguien del sexo opuesto. Y para eso, la experta recuerda que hace una década -cuando trató a este paciente- la tarifa cobrada por la sustituta fue de 125 dólares por la hora, alrededor de 60 mil pesos. Con todo, el paciente se terminó por involucrar más de lo debido, aunque -debido al tipo de tratamiento utilizado- Krakower asegura que enamorarse no es un fenómeno poco común.

La relación duró cuatro meses, hasta que los problemas sexuales de él dieron por terminado el romance. “Ella trató de hacerlo sentir cómodo con el tema de la desnudez y hasta se desnudaron juntos, pero nunca pasó nada más allá (…)  Él estaba absolutamente aterrado”, comentó la sexóloga.

¿Qué dicen los sustitutos?

Sara Moore y Geoff Daniels son pareja y han trabajado por 19 años como sustitutos. Durante todo ese tiempo, acumulan una cifra inimaginable de personas con las que se han acostado. Ella, 3,323 hombres y  él, 2,162 mujeres. De todos ellos, Sara ayudó a 52 pacientes a perder su virginidad, mientras que Geoff a 49, como lo indicó Fox News el año pasado.

“Estamos orgullosos de la forma en que nos ganamos la vida y nunca nos hemos sentido mal por dormir con los esposos de otras o las esposas de otros o con parejas estables (…) No se puede comparar a las prostitutas”, comentó en esa ocasión Moore. “Nuestros clientes han llegado a nosotros a través de doctores porque tienen un problema sexual específico y necesitan ayuda”, agregó la mujer.

Tanto ella como Geoff  han viajado por varios países enseñando a hablar abiertamente de los problemas sexuales que una persona o una pareja pueden tener, enseñando técnicas de masaje y sexualidad.

(Tomado del diario El Mercurio, de Chile)

 

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Relacionados