27 de abril de 2024 12:49 AM

Obama y Romney: Una campaña electoral de grandes contrastes

**Si los candidatos sonríen o hacen muecas, toman una pose confiada o defensiva, y el tono de voz con el que hablan, todo ello importa. Eso podría ser particularmente válido para los importantísimos votantes indecisos y para aquellos que aún están abiertos a cambiar de opinión.

Obama-RomneyBarack Obama se enfila a los debates presidenciales con el viento a su favor, pero aún no logra reavivar la pasión y la emoción que lo llevaron a la Casa Blanca, mientras que Mitt Romney busca aprovechar su última y mejor oportunidad de reencender su campaña luego de un septiembre desastroso.

Los aguerridos y determinados oponentes en la reñida contienda presidencial tienen misiones específicas para los tres debates programados, el primero de los cuales es el miércoles en Denver.

Obama, quien ya no es el rostro nuevo que fue en 2008, debe convencer a los estadounidenses escépticos de que en un segundo periodo de gobierno puede cumplir lo que no pudo en el primero: restaurar el vigor de la economía.

Romney, ansioso por evitar que la competencia se le escape de las manos, necesita inspirar confianza en que es una alternativa creíble y fiable, con un mejor plan que el presidente para fortalecer la economía.

“La carga en muchos sentidos es más pesada para Romney”, dijo Wayne Fields, profesor de la Universidad de Washington, campus San Luis, que se especializa en retórica política. “Lo que vemos ahora es incertidumbre sobre si está listo para el trabajo”.

Después de cientos de actos de campaña, miles de anuncios publicitarios y miles de millones de dólares invertidos, este es un momento singular en la contienda. Se prevé que más de 50 millones de personas vean cada uno de los debates por televisión, una de las teleaudiencias políticas más grandes del año.

Un 41% de los estadounidenses reportaron haber visto todos los debates de 2008, y 80% dijo que vieron al menos una parte, de acuerdo con una encuesta del Pew Research Center.

El fuerte interés tiende a eclipsar todo lo demás por un tiempo, lo que añade importancia a los debates. Dado que las encuestas indican que Obama ha estado ganando terreno en los estados más reñidos, la presión se acumula en Romney para que tenga una actuación sobresaliente.

El debate en Denver, de 90 minutos enfocados en política interior, se transmitirá a las 9 de la noche (0100 GMT del jueves), con los candidatos sentados uno junto al otro en sillas altas. Romney y Obama debatirán nuevamente el 16 de octubre en Hempstead, Nueva York, y el 22 de octubre en Boca Ratón, Florida.

El vicepresidente Joe Biden y el republicano Paul Ryan, compañero de fórmula de Romney, sostendrán un único debate el 11 de octubre en Danville, Kentucky.

La votación anticipada y a distancia ha comenzado en más de la mitad de los estados, por lo que cualquier impresión creada en los debates bien podría ser la última. Lo que los candidatos digan sin duda es de suma importancia, pero el cómo lo digan podría ser más relevante.

“Recordamos las impresiones visuales de los debates más que las palabras”, dijo Alan Shroeder, profesor de la Universidad Northeastern que ha escrito una crónica de los debates presidenciales.

Si los candidatos sonríen o hacen muecas, toman una pose confiada o defensiva, y el tono de voz con el que hablan, todo ello importa. Eso podría ser particularmente válido para los importantísimos votantes indecisos y para aquellos que aún están abiertos a cambiar de opinión.

Los demócratas y republicanos incondicionales podrían tener su decisión bien definida, dijo Patti Wood, una experta en lenguaje corporal de Atlanta, pero si los votantes más independientes “están temerosos en general sobre sus vidas, si se sienten inseguros, van a elegir a la persona más carismática”. (AP)

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