No era un secreto que Londres tenía un arduo trabajo de frente si quería igualar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Pero Londres no pensó en Pekín y fue tras sus raíces. Entre las grandes aportaciones que tiene esta ciudad a la humanidad está su música, y esa fue su gran apuesta en la apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La oferta musical estuvo encabezada por el ex-Beatle Paul McCartey, quien tuvo a cargo la clausura de la ceremonia. Luego del encendido del pebetero en el medio del Estadio Olímpico, McCartney deleitó a las más de 80,000 personas que llenaron la instalación con “Hey Jude”, una de las canciones emblemáticas de los Beatles.
Uno de los momentos más vistosos de la velada llegó luego del desfile de las naciones, cuando un total de 75 bicicletas, adornadas como palomas, entraron al estadio. Las bicicletas simbolizaron las palomas que eran liberadas en los Juegos Olímpicos del pasado, y la presentación se hizo con el trasfondo musical de Artic Monkeys, quienes interpretaron “I Bet You Look Good on the Dancefloor” y “Come Together”.
Incluso, en ocasiones, la música se mezcló con otras figuras fuera del ámbito, como fue el caso de la Orquesta Sinfónica de Londres y el comediante Rowan Atkinson, conocido por su papel como “Mr. Bean”. La Orquesta interpretó la canción temática de “Chariots of Fire” mientras que Atkinson recreaba, en su cómica manera de ser, una de las escenas de la película en las pantallas del estadio.
Uno de los momentos emotivos estuvo a cargo de Emeli Sandé, quien cantó, acompañado de 75 bailarines, la canción “Abide with Me” en una dramatización de la lucha entre la vida y la muerte.
La evolución musical de Gran Bretaña también fue proyectada, aunque no por cantantes en vivo, sino por una coreografía que recogió lo mejor de su música, década por década. Incluso, otros artistas británicos lograron tener algún tipo de presencia en la ceremonia, como la galardonada Adele, ya que su música fue utilizada durante el desfile de naciones. (ENDI)
