23 de abril de 2024 10:22 PM

Grandes empresarios de Iberoamerica se reúnen en Cartagena de Indias

Foro de Iberoamerica

En medio de un completo hermetismo y matizado por el continuo rugir del oleaje que azota inclemente la costa cartagenera, por el coletazo del huracán Sandy, se cumplió este jueves el primer día de trabajo del Foro de Iberoamérica, con los personajes más poderosos de Latinoamérica.

Los ‘cacaos’ se concentraron desde las 8 de la mañana en uno de los salones del hotel Santa Teresa y poco se dejaron ver en las afueras del antiguo convento. Solo permitieron la entrada de la cámara de televisión que se contrató para dejar testimonio del evento.

Además del hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, en el hotel estaban el venezolano Gustavo Cisneros y los colombianos Alejandro Santo Domingo y Carlos Julio Ardila. También, los expresidentes Felipe González (España), Ricardo Lagos (Chile), Jorge Quiroga (Bolivia), Leonel Fernández (Rep. Dominicana), Hemrique Cardoso (Brasil) y Belisario Betancur (Colombia), y científicos como Manuel Elkin Patarroyo. Todos se dieron cita al foro para discutir la realidad económica y los polos de desarrollo de América.

De los pocos que dio la cara fue Cisneros, quien aprovechó un receso para trasladarse a la mansión de los Santodomingo. El magnate afirmó que esta era una magnífica oportunidad para ocuparse de los problemas sociales de la región y dijo que todos los asistentes expresaron su deseo de ayudar a procesos como el de Colombia. “Este proceso de paz se tomó en términos muy positivos y en términos de apoyo moral para todo el pueblo colombiano”, expresó.

Cisneros destacó que el encuentro es un diálogo abierto que todavía no ha arrojado conclusiones y en el que se han intercambiado puntos de vista como las posibles soluciones que podrían darse desde América para el mal momento económico que atraviesan países como España y Portugal.

Pero en medio de las discusiones económicas y sociales, también hubo un momento de emotividad. Las palabras de la escritora brasilera Élida Piñón, amiga cercana al escritor mexicano Carlos Fuentes, provocaron más de una lágrima entre los asistentes. (El Tiempo)

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