25 de abril de 2024 1:13 PM

Dantesca escena en Miami concluye con un hombre desnudo muerto por la policía

Viaducto McArthur

De un lado del viaducto MacArthur, el lado en que la policía se había preparado para lidiar con problemas, hombres y mujeres escasos de ropa vertían cerveza y testosterona en las calles, cafés y clubes, mientras se movían al ritmo de la música estruendosa e incesante de South Beach.

Mientras tanto, en el lado del viaducto con destino a Miami, que debería ser el lado más tranquilo este fin de semana, un hombre desnudo fue muerto a tiros por la policía al descubrirse que estaba comiéndole el rostro a otra persona.

Bajo el cálido sol del sábado en South Beach, mucho antes de que empezara la noche de fiesta, los visitantes grabaron videos, posaron para cámaras y bebían cocteles del tamaño de una pelota de baloncesto, paseándose por Ocean Drive para el festival anual de música hip-hop/rap que se conoce como Urban Beach Week. El evento, que tradicionalmente atrae a más de 250,000 personas de todo el país y de todas las profesiones, es tan conocido por su ambiente festivo como por su mezcla de música y celebridades.

Muchachas en bikinis, vestidos calados y  tops casi invisibles se paseaban de un lado a otro, algunas lo bastante valientes para hacerlo sobre tacones de estilete. Hombres con shorts y jeans por debajo de la cadera coqueteaban con ellas por la calle y eran rechazados casi siempre.

La presencia policial era grande, pero relajada. Había agentes en carritos de golf, bicicletas y sobre torres de vigilancia. Durante el día hubo varios arrestos por delitos menores. Los detenidos eran procesados en una unidad móvil de la policía de último modelo en Ocean Drive.

A pesar de los rumores de que a los policías de La Playa les habían puesto una cuota de 2,000 arrestos por día, el viernes sólo hubo 93 arrestos. Irónicamente, aunque los vecinos de South Beach se preparaban para la posibilidad de que cundiera el caos como en años anteriores, el hecho de violencia ocurrió a millas de distancia en Miami el sábado por la tarde.

Fue allí, en el Viaducto McArthur, justo al sur del edificio de The Miami Herald, que un hombre desnudo atacó a otro y, según se informó, empezó a comerse la cara de la víctima. Una mujer que vio lo que estaba pasando llamó a un guardia de seguridad de The Miami Herald y luego a un policía de Miami que pasaba por allí.

La policía dijo que el agente se acercó al hombre desnudo, le ordenó que se separara del otro, y, cuando él siguió mordiéndole la cara, lo mató a tiros. La víctima fue llevada de urgencia al hospital, donde se encontraba el sábado en condición crítica.

En un mensaje telefónico, Javier Ortiz, vocero de la Orden Fraternal de la Policía, declaró que el agente que disparó era “un héroe”.

“Basados en la información que tenemos, el agente de la Policía de Miami es un héroe y salvó una vida”.

Altarr Williams, sargento de la Unidad de Homicidios de la Policía de Miami, explicó que una persona no tiene que estar armada para ser peligrosa.

“Hay otros modos de herir a una persona”, indicó Williams. “Algunas personas pueden saber artes marciales, otras son muy furtes y pueden matarte con las manos”.

Los investigadores creen que la víctima puede haber sido un desamparado y haber estado durmiendo en el suelo cuando fue atacado.

El atacante podría haber estado sufriendo de “psicosis de cocaína”, un estado en el que aumenta la temperatura del cuerpo y obliga a desnudarse.

El incidente convirtió el tráfico con rumbo este en el viaducto en una pesadilla, pero la fiesta siguió a pesar de semanas de preparación que se centraban sobre todo en la posibilidad de muchedumbres alborotadas, y un plan de tránsito que incluyó poner el tráfico de South Beach en una sola vía y dejar sólo una senda abierta hacia el este en el MacArthur.

Aunque la multitud era menos densa que en años anteriores, era igualmente atrevida.

“¡Me encanta el sexo! ¡Lo que pasa es que no puedo hacerlo lo suficiente!”, gritaba la soltera en despedida Yvonne Sosa, con un velo adornado de condones, en el megáfono de Reginald Allison justo después de la medianoche del sábado.

Sosa, vestida de blanco, vino desde Nebraska. Es abogada, se casa es un mes y vino a divertirse con media docena de amigas, familiares y compañeras del bufete en que trabaja.

Allison, estudiante de postgrado de Morehouse College, en Atlanta, estaba promoviendo un ómnibus de fiesta que anda por South Beach de 2 p.m. a 2 a.m.

Los dos coincidieron en 11 Street y Ocean Drive, en un clásico momento de despedida de soltera, en un fin de semana notorio por las fiestas a todo meter.

Pero Allison dijo que no estaba de acuerdo en eso de a todo meter.

“Todo es muy relajado”, dijo Allison, quien afirmó que había comprado el megáfono en una tienda de Marines en Biscayne Boulevard.

No está claro cuántas personas había el sábado por la noche en el distrito de entretenimiento de South Beach, horas antes de concentrarse dentro de los clubes. En Collins Avenue, no había muchos transeúntes pero los autos iban pegados uno al otro. Dos hombres en un Chevrolet Impala convertible de 1964 azul claro iban hacia el norte entre motocicletas alquiladas y Dodge Caravans, mientras que Bentleys, Lamborghinis y un carro morado de cuatro puertas con Barney el dinosaurio pintado en el costado bajaban hacia el sur por Washington Avenue.

Los carros iban con música a todo dar, desde Tupac y Jay Z y Kanye West hasta Marvin Gaye, y viajaban despacio en líneas de una sola vía, implementadas el viernes, casi un año desde que la policía dijo que un chofer se negó a parar y luego trató de arrollar a varios policías, lo cual llevó a un tiroteo en la calle en que murió el chofer y cuatro transeúntes resultaron heridos.

Al ser este fin de semana el primer aniversario, gran parte de la atención de los medios de prensa sobre el festival se centró en la policía.

Pero las noticias de los tiroteos no llegó a Nebraska, ni a Nueva Jersey, ni a Londres, de donde Shereyne Shillingford y ocho amigas vinieron para su propia fiesta de despedida de soltera.

“Ibamos a venir la semana pasada y cambiamos el vuelo a último minuto” para estar en South Beach en el Urban Beach Week, comentó Shillinford. (El Nuevo Herald)

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