23 de abril de 2024 5:55 AM

Pese a la fuerte vigilancia en la frontera con México, la seguridad no ha mejorado

Agente fronterizoEl incremento sustancial de los fondos, el personal y los equipos de vigilancia de la frontera de Estados Unidos con México no ha mejorado la seguridad nacional y causa una creciente crisis humanitaria, según un estudio divulgado.

“El aumento de la vigilancia ha resultado en un entreverado confuso de agencias cuya misión la socava la ausencia de una estrategia clara”, dijo en conferencia de prensa Adam Isacson, del grupo de estudios Oficina de Washington para América Latina (WOLA por su sigla en inglés).

WOLA y el Colegio de la Frontera Norte, de México, publicaron un estudio de 61 páginas sobre la situación en la frontera y el impacto que la vigilancia aumentada por los dos países tiene sobre la población migrante.

Los dos grupos de estudio enfatizaron la importancia que tiene el debate sobre la situación en la frontera en un año en el cual tanto Estados Unidos como México celebrarán elecciones presidenciales en las cuales la migración, el tráfico de drogas y la violencia serán asuntos muy debatidos.

El estudio determinó que en la última década se ha multiplicado por cinco el contingente de la Patrulla Fronteriza, a lo cual se ha sumado un papel nuevo e inusitado para las Fuerzas Armadas estadounidenses dentro de su propio territorio.

“Este incremento incluye el uso de aviones sin tripulación, cientos de kilómetros de muros y cercas, sin que todo ello tenga un impacto claro sobre la seguridad estadounidense”, añadió el estudio.

“Los hechos contradicen los frecuentes llamados para que se incremente la fuerza de vigilancia en la frontera, incluido el empleo de fuerzas militares”, añadió Isacson.

El contingente de la Patrulla de Fronteras apostado en la frontera sur de Estados Unidos ha crecido de poco menos de 4.000 agentes en 1992 a más de 18.000 en el último año.

Y aunque la violencia vinculada al narcotráfico ha causado la muerte de más de 50.000 personas desde 2007, “esta violencia no se ha extendido a través de la frontera”, según el estudio.

Los investigadores compararon las tasas de homicidio en ciudades mexicanas próximas a la frontera y en ciudades estadounidenses vecinas.

En todas las ciudades fronterizas mexicanas combinadas la tasa de homicidios en 2010 fue de 96 por cada 100.000 habitantes, y en todo México fue de 22,9, según el estudio. En todas las ciudades fronterizas estadounidenses, la tasa de homicidios fue de 3,6 por cada 100.000 y en todo el país al norte de la frontera fue de 4,8 por 100.000.

Las capturas de inmigrantes indocumentados al norte de la frontera, que hacia 1999 sumaban 1,4 millones por año, han disminuido a unas 300.000 por año, la misma cantidad que se registraba hace cuarenta años, añadió el informe.

En 1992 las capturas de indocumentados sumaban 308 al año por cada agente de la Patrulla de Fronteras y al año siguiente la tasa subió a 337 capturados por cada agente. Actualmente, señaló el informe, la tasa es de 20 capturas anuales por cada agente.

Otro efecto del incremento de la vigilancia policial y militar en el lado estadounidense de la frontera ha sido que la migración sea más peligrosa y legal ahora para los indocumentados.

Por cada 100.000 inmigrantes indocumentados capturados en Arizona en 2000 las autoridades hallaron los restos de 19 muertos en los desiertos de ese Estado. El año pasado la tasa fue de 142 muertos mientras intentaban cruzar la frontera por cada 100.000 indocumentados capturados.

“Tuvimos en consideración las cuatro amenazas mayores que se han denunciado en relación con la frontera mexicano-estadounidense: la del terrorismo especialmente después de 2001, las guerras de la droga, la propagación de la violencia y la ‘invasión’ de indocumentados”, señaló Isacson.

“Y encontramos que tres de ellas no se han materializado y la única que persiste es el crecimiento del tráfico de drogas”, agregó.

“En lugar de seguir los llamados de quienes demandan más cercas, agentes, aviones robot y tropas es tiempo para que hagamos una pausa y reconsideremos qué es lo que no funciona, y cómo se podrían gastar mejor los recursos”, indicó el estudio. (EFE)

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