29 de marzo de 2024 3:49 AM

Sentenciados jóvenes por prender fuego a un compañero

Dos jóvenes, acusados de rociar con alcohol y prender fuego a Michael Brewer en un estacionamiento de Deerfield Beach en 2009, ni admitieron ni negaron su culpabilidad en un cargo de intento de asesinato en segundo grado, pero aún así fueron sentenciados a penas de cárcel.

Los dos adolescentes pusieron sus destinos a la merced de la misericordia de un juez de Broward, en lugar de tener que enfrentar a un jurado.

Un tercer joven acusado de lo mismo, aparentemente a último minuto, decidió llevar su caso a juicio, el cual ha sido programado para el mes entrante.

Jesús Méndez, de 18 años, fue años de cárcel en una prisión estatal de Florida, un año de control comunitario y 18 años de probatoria. Denver Jarvis, de 17 años, fue condenado a ocho años de prisión, seguidos de un año de control comunitario y 21 años de probatoria.

Los tiempos de la sentencia podrían ser reducidos unos dos años y cuatro meses, por el tiempo que Méndez y Jarvis han estado recluidos en la cárcel principal de Broward, desde que fueron arrJovenes en la cárcel en Deerfield Beachstados.

El no declararse ni culpable ni inocente tiene en la corte el mismo efecto que declararse culpable, aunque no incluye una aceptación implícita de culpabilidad. Matthew Bent fue acusado de ordenar a Jarvis rociar a Brewer con el líquido inflamable. Méndez nunca le puso una mano encima a Brewer, dijo su abogado Marcus Griggs. Pero el encendedor que prendió hizo que se encendieran las llamas sobre el cuerpo de Brewer.

El juez de circuito de Broward Michael Robinson le dijo a los tres acusados que podían declararse ni culpables ni inocentes, pero le recomendó a Bent, de 17 años, el líder del grupo, según informó su abogado, Gordon Weekes, que mejor vaya a juicio. La selección del jurado se hará el 12 de marzo.

Brewer, quien acababa de cumplir 15 años, fue prendido en fuego el 12 de octubre de 2009. El joven, desde entonces, ha tenido un largo y doloroso proceso de recuperación del incidente, que lo dejó con heridas de segundo y tercer grado en dos terceras partes de su cuerpo.

Ahora vive en West Palm Beach en una vivienda comprada parcialmente con fondos obtenidos por donaciones de miembros de la comunidad, quienes se quedaron espantados por la severidad del crimen.

En corte el miércoles con sus padres, dos abuelos y una tía, Brewer no dijo una sola palabra.

“Este ataque es el acto más atroz que cualquiera pueda hacer contra otro ser humano”, le dijo la abuela de Brewer, Reenie Brewer al juez Robinson. Brewer contó cómo su nieto quedó traumatizado por el ataque semanas después del incidente. Ella describió cómo su nieto solía sacudir la pierna, pensando que aún estaba prendido en fuego.

“Esperamos hoy que logre olvidar el dolor que vivió”, dijo.

Los acusados enfrentaban 30 años de prisión, pero aún la familia de Brewer consideraron que esa sería una condena demasiado fuerte, considerando la falta de intención, dijo Schneider.

Fuera de la corte, la víctima dijo que él estaba convencido de que lo ocurrido no fue un accidente o una casualidad.

“Ellos sabían exactamente lo que estaban haciendo”, dijo el joven sobre sus ex amigos.

Según la policía de Broward, el grupo de adolescentes encontró el alcohol poco antes del ataque. Bent dio instrucciones a los otros que le echen el alcohol encima a Brewer, en represalia porque Brewer había llamado al 911 el día antes al ver que intentaban robar una bicicleta propiedad de su padre.

El conflicto entre ambos adolescentes comenzó, según los investigadores, a causa de $40 que Brewer le debía a Bent por un video juego. (El Sentinel)

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